domingo, 22 de octubre de 2017

Nutrición y Cáncer de Mama

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Hola a todos!

Aunque ya estamos a mas de la mitad de Octubre, nunca es tarde para recordar la importancia que tiene el cuidado de la salud en cuanto a la prevención del segundo cáncer más presentado a nivel mundial: el cáncer de mama.

Muchos son los factores de riesgo que promueven su desarrollo, y pueden clasificarse en no modificables y modificables. En el primer grupo tenemos a la genética, la edad, el género y la raza; mientras que en el segundo grupo encontramos los patrones dietéticos, la actividad física, la lactancia materna, terapias de reemplazo hormonal, obesidad, entre otros. Por lo tanto, veremos que la prevención va más allá de la autoexploración, y el tratamiento no es únicamente farmacológico. En esta entrada, voy a intentar dar a conocer la importancia de llevar un abordaje nutricional adecuado, ya sea para prevenir o ser parte del tratamiento. 

Actualmente, la alimentación se caracteriza por contener alimentos altos en azúcares refinados, grasas saturadas y trans; así como un elevado consumo de carnes rojas, disminuyendo los alimentos frescos con alto valor nutricional como son verduras, frutas, leguminosas, pescado y oleaginosas (para conocer los grupos de alimentos, entra al siguiente link: http://nutricionclinicayfuncional.blogspot.mx/2014/12/utiliza-el-plato-del-bien-comer-para.html), dando como resultado un índice de obesidad que es impactante. Junto con ella, las alteraciones metabólicas que se desarrollan son principalmente por la inflamación causada por el exceso de acumulación de grasa y radicales libres, factores que son de riesgo para el desarrollo del cáncer de mama porque generan el ambiente ideal, especialmente en mujeres en etapa de posmenopausia. Pero no es únicamente el cuerpo quien produce los radicales libres, el mismo tumor también lo hace, por lo que a la inflamación inicial se le agrega también la producida por la enfermedad. Esta inflamación, aunque leve al principio, tiene la capacidad de dañar el ADN y producir polimorfismos, que son alteraciones en ciertos genes, en este caso para reparación de las cadenas de DNA, promoviendo una reproducción celular y producción de proteínas con defectos, especialmente cuando hay niveles bajos de  betacaroteno, zinc y folato. Este último, cuando se consume en dosis bajas y se tiene historia familiar, hay mayor riesgo de padecer la enfermedad. Por lo tanto, el control de peso y de acumulación de grasa, así como de la alimentación, es fundamental, especialmente si ya se tiene el diagnóstico de cáncer, porque se ha visto que en la obesidad hay un peor pronóstico.

Los siguientes dos grupos de factores de riesgo pueden ser modificados:

  • Patrones dietéticos
-Alcohol: 
Cuando su consumo es en mayor cantidad de la recomendada, se tienen mayores niveles estrogénicos intracelulares que promueven el desarrollo del tumor. Además, durante su metabolización se producen especies reactivas de oxígeno, además de disminuir la absorción de folatos a nivel intestinal por lo que no puede repararse el daño en DNA.



-Grasas: 
Se ha visto que un consumo elevado de grasas saturadas después del diagnóstico, aumenta el riesgo de mortalidad. Esto se basa en la hipótesis de que este tipo de grasa aumenta la producción de estrógenos y sus niveles circulantes en sangre, por lo que aumenta el crecimiento de células malignas en el tejido adiposo mamario. 

Los ácidos linoléicos conjugados que se encuentran en productos lácteos derivados de rumiantes, pueden disminuir las células mamarias con conteos altos de receptores estrogénicos, deteniendo el crecimiento de las células cancerígenas por la activación de la muerte celular programada; sin embargo no hay evidencia científica suficiente para dar un veredicto favorable a esta teoría.

Hablando de vitaminas, la vitamina D (que puede absorberse con alimentos que contienen grasa) también tiene efectos protectores contra el cáncer de mama, ya que a niveles adecuados disminuye el crecimiento, angiogénesis y metástasis de las células tumorales, además ayuda a modular la inflamación. Al igual que los fitoestrógenos, disminuye a conversión de andrógenos a estrógenos.

El omega 3, que ha tenido un boom en los últimos años, puede ser una estrategia para la prevención y mejoría a la respuesta al tratamiento así como para la prevención de reincidencia. Uno de sus mayores beneficios es la capacidad de anti-inflamación a nivel metabólico, mejorando el ambiente celular e incluso puede comenzar a formar parte del tejido adiposo mamario disminuyendo así el riesgo de cáncer de mama. A pesar de que no hay evidencia convincente para demostrar esta propuesta, en animales que tienen la tumoración y se les han dado dietas altas en grasa con mayor proporción de omega 3, han mostrado tener un peso más saludable y mejor función mitocondrial (este organelo es necesario para que la célula respire adecuadamente y pueda producir la "moneda energética" del cuerpo: ATP). Se ha visto que el omega 3 efectivo es el del pescado porque contiene EPA y DHA, sin embargo el omega 3 vegetal también puede tener beneficios de acuerdo a los resultados obtenidos en estudios realizados en cultivos celulares. Aún no existe una dosis específica para recomendación; sin embargo, el aumentar su consumo ya es un beneficio.

-Proteína: 
El consumo elevado de carnes rojas está altamente relacionado con el riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres posmenopaúsicas, por los métodos empleados para su cocción. Al ser doradas en exceso, producen radicales libres que promueven la oxidación a nivel celular, dañando el DNA y alterando la reproducción celular.

-Carbohidratos:
Como escribí anteriormente, el alto consumo de azúcares y cereales refinados han sido parte del ambiente obesogénico y cancerígeno de la actualidad, provocando una disminución en el consumo de fibra (verduras, frutas, leguminosas y cereales integrales), la cual, cuando es ingerida en cantidades adecuadas, disminuye el riesgo de cáncer de mama. Los resultados de los estudios realizados han arrojado que, por cada 10 g de fibra consumida, el riesgo disminuye un 7%. Se cree que esto es debido a que a nivel intestinal se inhibe la absorción de estrógenos, provocando menores niveles circulantes en sangre, así como de estradiol, con la posibilidad de que disminuya el crecimiento tumoral.

-Compuestos bioactivos: este punto es derivado del punto anterior al enfocarnos en los alimentos de origen vegetal, que por default son altos en fibra. Los polifenoles que se encuentran en verduras, frutas, leguminosas y oleaginosas, ayudan a disminuir la inflamación metabólica de bajo grado y el crecimiento tumoral. Además, ayudan en el tratamiento de control de peso por las modificaciones que se hacen con su consumo a nivel de microbiota intestinal (si tienes dudas de este tema, checa la entrada en este link: http://nutricionclinicayfuncional.blogspot.mx/2017/03/el-almacenamiento-de-grasa-depende-el.html). Los más estudiados y que han dado buenos resultados son los siguientes:
  1. El aceite de olivo contiene ácidos fenólicos, los cuáles son altamente antioxidantes, disminuyendo el riesgo cardiovascular y el desarrollo cancerígeno. Se ha visto que tiene mayor efecto cuando el aceite forma parte de la dieta (cuando esté crudo), que cuando se toma en forma de suplementos. El café también lo contiene, pero aún no se cuentan con suficientes estudios al respecto.
  2. Los flavonoles se encuentran en frutas y verduras, pero los que han demostrado ser un factor protector disminuyendo el riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, han sido los frijoles y las lentejas.
  3. Los fitoestrógenos disminuyen el riesgo de desarrollo de cáncer de mama en mujeres posmenoppaúsicas, especialmente las isoflavonas. Estos tienen afinidad por los receptores estrogénicos, estimulando la diferenciación de células cancerosas, suprime la angiogénesis (creación de nuevas venas) y también detiene la conversión de los andrógenos en estrógenos a nivel hepático.Existe controversia respecto a las isoflavonas de la soya, ya que a diferencia de los frijoles y las lentejas, no hay resultados concluyentes que puedan afirmar un efecto protector contra el cáncer. Sin embargo, se ha visto que las isoflavonas compiten por los mismos receptores de estrógenos que el Tamoxifeno cuando se está tratando el cáncer, y a pesar de los pocos estudios existentes y los resultados que aseguren la efectividad de las isoflavonas, recomiendan que se consuman de 5-10 g de proteína de soya más el Tamoxifeno para pacientes que se encuentren en tratamiento de cáncer de mama.
Todos estos compuestos, tienen un tiempo muy corto de vida en plasma sanguíneo. La fermentación de la microbiota intestinal también disminuye su biodisponiblidad para ser absorbidos, pero al ser el intestino su primera línea de metabolización cuando son dosis pequeñas, se producen componentes derivados de todos estos compuesto que pueden ser más potentes que los originales. Por lo mismo, es sumamente importante tener una microbiota intestinal sana. 

La dieta Mediterránea, que es rica en todos los nutrimentos y compuestos bioactivos que he numerado, puede ser adoptada tanto para prevención como el tratamiento. En este último punto, aunque con resultados variados, han detectado efectos positivos cuando se lleva a cabo en mujeres posmenopaúsicas que hayan tenido cáncer de mama porque les ayuda en el control de peso, mejorando el pronóstico a largo plazo. Al final del post dejaré las recomendaciones de alimentación parecidas a este régimen.
  • Estilo de vida
-Actividad física: La actividad física es un factor protector contra el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Si se tiene obesidad, los tejidos del organismo ya no tienen la capacidad adecuada para oxigenarse, por lo que se presenta hipoxia (baja oxigenación), además de desequilibrios hormonales y aumento de la inflamación. Después del diagnóstico de cáncer, el ejercicio mejora la captación de oxígeno, la capacidad funcional, el tono muscular y la fuerza, así como la disminución de riesgo cardiovascular y de los niveles de marcadores inflamatorios, especialmente si se consume también omega 3.  


Cuando hay niveles elevados de insulina, hay alteración en la regulación de la producción de hormonas sexuales (como los estrógenos) y sus receptores, por lo que hay mayores niveles en sangre y aumentan el riesgo de cáncer. Igualmente una hemoglobina glucosilada mayor a 6.5% (alteración que presentan generalmente las personas con Diabetes Mellitus) representa mayor riesgo de cáncer. Si hay obesidad, existe mayor producción de estrógenos. Se ha visto que el ejercicio ayuda a disminuir los niveles de estrógeno en pre y posmenopauisa. 

-Lactancia materna: La lactancia materna, para que pueda tomarse como factor protector, debe ser realizada correctamente, es decir, dar lactancia exclusiva durante los primeros 6 meses y posteriormente hasta los 2 años continuar aunque ya se tenga alimentación complementaria. Mínimo, debe ser durante 1 año continuo para tener efectos positivos. Si quieres saber más de la lactancia materna entra a la siguiente liga: http://nutricionclinicayfuncional.blogspot.mx/2014/08/lactancia-materna.html

-Estado psicológico: Muchas veces, el sedentrismo que presentan las mujeres después del diagnóstico, se debe a depresión o apatía, por lo que esta situación puede desencadenar en un aumento de peso, especialmente de acumulación de grasa, aumentando la inflamación metabólica, el riesgo cardiovascular y comienza a presentarse el catabolismo (pérdida) muscular. Además, puede contribuir este estado a una disminución del apetito, causando desnutrición; a partir de las 48 horas de consumir alimentos, inicia la fase de catabolismo muscular, esto es más característico cuando acaba de pasar la quimioterapia. Por esto es importante tener apoyo también en este ámbito.

Como se puede ver, hablar de prevención y tratamiento de cáncer, en este caso de mama, es más profundo de lo que se piensa. Antes de pasar a las recomendaciones, quiero detenerme en la problemática de la pérdida de peso en el paciente con cáncer, ya que la desnutrición relacionada, mejor conocida como caquexia, es un factor predisponente a mayores complicaciones infecciosas, menor respuesta al tratamiento y mayor riesgo de mortalidad. Esta etapa se presenta generalmente cuando el estadio de cáncer ya es avanzado, y es casi imposible poder recuperar un adecuado estado nutricional. Una de las características principales de la caquexia es la pérdida muscular, con la consecuente pérdida funcional y de independencia del paciente en sus actividades del día a día. Por esto, el tratamiento nutricio debe iniciarse desde el momento del diagnóstico del cáncer (estando en casa o en hospitalización), o en mejor escenario, como prevención para desarrollarlo en algún momento de la vida, desde la etapa premenopáusica.

Es muy fácil detectar la pérdida de peso, pero hay rangos con cifras específicas, las cuáles es necesario que se puedan calcular correctamente por un nutricionista. Nosotros somos los que estamos capacitados y calificados para poder evaluar al paciente de una manera global, fijar objetivos de tratamiento y monitorear el progreso. De esta manera, cuando se lleva en conjunto con el tratamiento médico (farmacológico), se podrán tener mejores resultados.

Después de todo esto, llegan las recomendaciones, esperando que quede claro el porqué de cada una:
  1. EL TRATAMIENTO NUTRICIONAL DEBE SER INDIVIDUALIZADO, pero las reglas de alimentación van a intentar cubrirse de la mejor manera posible*
  2. Acudir a que se realice un tamizaje nutricional para detectar el posible riesgo o la presencia de desnutrición
  3. En caso de ser positivo el punto anterior, se debe tener una evaluación nutricional para dar diagnóstico, objetivos de tratamiento y fechas de monitoreo.
  4. Monitoreo, máximo cada 15 días, especialmente al inicio; sin embargo depende de cada paciente, siendo posible extender el tiempo entre visitas hasta 30 días.
*De este punto siguen las siguientes recomendaciones:
  • 5-9 porciones entre verdura y fruta al día para aumentar el consumo de fibra, vitaminas, minerales y compuestos bioactivos. Pero es importante ir con el nutricionista para que adecue las porciones a las necesidades de cada paciente. Es posible que en algunos casos se deba calcular suplementación.
  • Dar preferencia al consumo de pescado y aves. Las carnes rojas deben consumirse 2-3 veces por semana cuando mucho.
  • Aumentar el consumo de leguminosas, especialmente de frijoles y lentejas.
  • El té verde, al ser también rico en compeustos bioactivos, puede ser tomado 3 veces al día (3 TAZAS de 240 ml al día), para tener un efecto positivo
  • Si ya se tiene el diagnóstico de cáncer, es recomendable consumir de 5 a 10 g de proteína de soya de alimentos NO FERMENTADOS, como el tofu o la leche
  • Aumentar el consumo de aceite de olivo, especialmente en crudo
  • Realizar ejercicio cardiovascular durante el tratamiento antineoplásico
  • El ejercicio, en sobrevivientes de cáncer, mejora el tono y la fuerza muscular cuando se realiza de resistencia 3 veces por semana.
Espero esta entrada haya sido de ayuda. ¿Detectaste si tienes alguno de ellos? 

En tus manos está prevenir o ayudar en tu tratamiento. Si conoces a alguien que le pueda ser de ayuda, estás en total libertad de compartir esta información. Y por favor, ACUDAN CON PROFESIONALES PARA QUE BRINDEN UN TRATAMIENTO TOTALMENTE INDIVIDUALIZADO.

Hasta la próxima!

P. D. Te invito a que nos busques en redes sociales:
Doctoralia: Lic. Mónica López Talavera o Nutrición Clínica y Energética
Facebook: Nutrición Clínica y Energética
Wix: https://nutclinener.wixsite.com/nutclinener

Referencias:
-Sarah F Brennan, Jayne V Woodside, Paula M Lunny, Chris R Cardwell & Marie M Cantwell (2015): Dietary fat and breast cancer mortality: A systematic review and meta-analysis., Critical Reviews in Food Science and Nutrition, DOI: 10.1080/10408398.2012.724481
-Kotepui, M. (2016). Diet and risk of breast cancer. Contemporary Oncology, 20(1), 13–19. http://doi.org/10.5114/wo.2014.40560
-Arab A, Akbarian SA, Ghiyasvand R, Miraghajani M. The effects of conjugated linoleic acids on breast cancer: A systematic review. Adv Biomed Res 2016;5:115
-Braakhuis AJ, Campion P, Bishop KS. Reducing Breast Cancer Recurrence: The Role of Dietary Polyphenolics. Nutrients. 2016; 8(9):547
- Abdelmagid et al. Role of n-3 Polyunsaturated Fatty Acids and Exercise in Breast Cancer Prevention: Identifying Common Targets. Nutrition and Metabolic Insights 2016:9 71–84 doi:10.4137/NMI.S39043
-Limon-Miro, AT, Lopez-Teros, V, Astiazaran-García, H. Dietary guidelines for breast cancer patients: A critical review. Adv Nutr 2017;8:613–23; doi: https://doi.org/10.3945/an.116.014423.

lunes, 17 de julio de 2017

El COCO no es el culpable

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Fuente de imagen: www.aceitedecoco.org
Hola a todos!

Esta entrada fue inspirada por esos videos y noticias amarillistas que ha estado circulando en redes sociales las últimas semanas. Específicamente cuando atacan al aceite de coco y se sienten traicionados cuando descubren que todo era una ilusión. No tengo el propósito de hundirlo en el olvido y satanizarlo, pero tampoco impongo una postura de que es "el aceite milagroso", vamos, ningún extremo es bueno y el mejor criterio clínico debe ser imparcial y totalmente objetivo. 

Hace unos años existió un boom en cuanto a este aceite, poniéndolo como si fuera lo mejor para cocinar "porque baja de peso", pero así como el, muchos otros alimentos han sido víctimas del capitalismo y la necesidad de la mafia de la industria alimentaria y farmacéutica para obtener más ingresos en un círculo vicioso. Este caso no es la excepción, la lucha entre la misma industria es real, y nosotros somos las víctimas y conejillos con los que cuentan para incrementar sus arcas. Y ahora la supuesta consecuencia que quieren difundir es el aumento de colesterol porque es una grasa en su mayoría saturada.

El colesterol es un tipo de grasa que es NECESARIO para poder tener formación de hormonas y una membrana celular estable en TODAS LAS CÉLULAS, entre otras funciones. Los ácidos grasos, dependiendo del tipo que sean, también tienen funciones específicas, metabólicas y celulares. Por lo que se puede decir que tanto el colesterol como los ácidos grasos son parte fundamental de nuestra dieta. 

Ahora, cuando se realiza el perfil de lípidos encontramos el colesterol total, el colesterol "bueno" (HDL), el malo (LDL), y otros tipos que generalmente no tienen tanta fama. El colesterol LDL es el encargado de repartir lo necesario a las células del organismo, mientras que el HDL "recoge" el excedente y lo transporta al hígado para ser excretado o reabsorbido. De esta manera fisiológica, nuestro cuerpo es capaz de reciclar el colesterol (de ahí que no necesitemos un consumo elevado) y de producirlo. Existe un grupo de proteínas que se conocen como SREBP, se mueven al núcleo de las células cuando tienen un déficit de colesterol para promover la expresión de genes que sintetizan colesterol y receptores de colesterol LDL que remueven el colesterol de la circulación y entra a la célula. Cuando el nivel de colesterol intracelular es alto, la SREBP-1 no se activa y tampoco los efectos de expresión genética, por lo que la célula no capta colesterol LDL.

Se toma al colesterol LDL como el malo porque es el que se asocia a mayor riesgo cardiovascular, y esto era así hasta hace unos años. Estudios realizados a partir de 1985, han encontrado que la partícula de LDL y su tamaño no son predictores necesarios en el riesgo de desarrollo de enfermedad cardiovascular, a diferencia de niveles bajos de HDL. No solamente se debe considerar el colesterol bueno y el malo, también existe la "Lipoproteína a" que contiene "apo B", la cual está asociada a la oxidación de fosfolípidos (principales componentes de la membrana celular), lo que promueve la inflamación metabólica y la aterogénesis.

Cuando en una persona existe la presencia de partículas pequeñas de LDL (que son más susceptibles a peroxidación), es común encontrar también apo B elevada, triglicéridos elevados, bajo colesterol bueno (HDL), obesidad abdominal, resistencia a la insulina y alteraciones metabólicas que causan disfunción endotelial generando susceptibilidad a formar trombos y un aumento en el riesgo de aterogénesis. 

El ácido linoléico en abundancia (el omega 6 que tanto se consume en México) hace más susceptible a peroxidación al colesterol LDL en los macrófagos (células del sistema inmune) que cubren las arterias, provocando aterogénesis. Cuando existe este mecanismo de estrés oxidativo, los depósitos de ácidos grasos se encapsulan y es imposible para el HDL remover el colesterol almacenado. Este es un estadio avanzado en donde puede ocurrir un evento cardiovascular o cerebrovascular.

El aceite de coco está compuesto por grasas saturadas (90%). En una revisión realizada en 2013, se propuso que las grasas saturadas no son susceptibles a la peroxidación, pero en los alimentos que se encuentran (como la carne por ejemplo) generalmente son cocinados a altas temperaturas oxidando las grasas insaturadas que contienen así como los carbohidratos, situación relacionada con la peroxidación, estrés oxidativo, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular. En el caso del aceite de coco, la proporción de ácidos grasos saturados:ácidos grasos monoinsaturados (1.1:1) que se observó no tuvo resultados significativos en donde resultara una alteración en los lípidos séricos. Por lo que se propuso que los ácidos grasos saturados del aceite de coco disminuyen el LDL y aumentan el HDL, y que las dietas ricas en aceite de coco disminuyen los factores de riesgo de enfermedad coronaria por disminución de Lipoproteína a, aunque sus ácidos grasos de cadena corta aumentan el colesterol total, específicamente elevando el HDL. 

En 2016, se discutió acerca de la diferencia entre el uso del aceite de coco y el consumo del coco. Es interesante la comparación, ya que al referirse al uso del aceite de coco es generalmente para preparaciones fritas. Esta cuestión ha sido demasiado malinterpretada, y bueno, es una ironía, ya que las preparaciones altas en grasa como lo frito, capeado y empanizado deben ser evitadas lo más que se pueda. Pero aún así existe la posibilidad de usar ciertos aceites para fritos dependiendo de su temperatura. Los aceites pueden ser utilizados para fritos superficiales o profundos, en los primeros la temperatura idónea es por debajo de los 200°C, para los segundos por arriba de 200°C. El aceite de coco tiene un punto de humo de 177°C por lo que puede utilizarse para fritos superficiales. Pero indpendientemente de esto, ES IMPORTANTE RESTRINGIR EL CONSUMO DE ESTAS PREPARACIONES por la cantidad de radicales libres y lípidos oxidados que aportan en la dieta. Esto sucede en dietas que están occidentalizadas y precisamente se caracterizan por un alto aporte de grasas saturadas, trans, azúcar y poca proteína, fibra y vitaminas. Lo contrario sucede con las poblaciones tropicales que consumen el coco junto con su fibra, la mayoría de la proteína es del pescado, por lo que también tienen un alto consumo de omega 3, frutas y verduras, con casi ausencia de alimentos industrializados, reflejándose en una prevalencia baja de enfermedad cardiovascular.

Igualmente en 2016, se concluyó que en estudios epidemiológicos no se han encontrado relaciones significativas entre el consumo de aceite de coco y el perfil de lípidos, cuando se compara con el uso de otros aceites vegetales. Por lo que en esta revisión sistemática no se encontró evidencia suficiente para decir que el aceite de coco es lo mejor para la prevención del riesgo cardiovascular cuando se comparó contra otros aceites. Principalmente porque las intervenciones clínicas al comparar diversos aceites tuvieron métodos y dosis diferentes. Entonces, EL PROBLEMA NO ES EL ACEITE DE COCO per se, sino el conjunto de lo que estamos comiendo y que tan saludables son nuestros hábitos.

El análisis de la cantidad de grasa y los carbohidratos en la dieta también es importante, porque derivado del mito de que "las grasas alimentarias aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular" hubo una amplia gama de alimentos BAJOS EN GRASA a los que tenían que agregarle más azúcares o ingredientes para hacerlos más aceptables en el sabor, como por ejemplo la fructuosa (o jarabe de maíz de alta fructuosa), la cual es muy susceptible a la oxidación y se ha asociado a hígado graso, aumento de partículas pequeñas de LDL, aumento de triglicéridos, ácido úrico, dislipidemia y síndrome metabólico. Una dieta baja en grasas es compensada con el aumento de carbohidratos, y el exceso de estos últimos se transforman en ácidos grasos saturados y monoinsaturados, aumentan los triglicéridos y la formación de partículas pequeñas de LDL. 

En sí, la recomendación para el consumo de grasas saturadas es de 10% del total de la energía requerida, para evitar riesgo de enfermedad cardiovascular, Pero también es necesario un consumo adecuado de carbohidratos, grasas omega 3, fibra, vitaminas, minerales y EVITAR LOS ALIMENTOS INDUSTRIALIZADOS. Además, la actividad física es fundamental para tener niveles óptimos de HDL y de triglicéridos, la dieta en si no puede hacer milagros. 

En la consulta aplico estas recomendaciones y los cambios en los perfiles de lípidos a los 3 meses son excelentes. Cuesta al principio, pero cuando se transforma en hábito, son personas satisfechas con su nuevo estilo de vida y con ellas mismas.

¿Cuál fue el problema entonces con el aceite de coco? Promocionarlo como un alimento milagroso ante una población marcada por la adquisición de estatus por medio de modas y de consumo. 

¿El aceite de coco es malo? ¡NO! Ningún alimento es malo (la publicidad sí) si se consume en cantidades y preparaciones adecuadas. 

No crean todo lo que ven en internet, ni siquiera crean en esta entrada, porque todos debemos ser críticos de lo que encontramos.

Espero que esta información les haya sido de utilidad. 
¡Hasta la próxima!

P.D. ¡Es un excelente desmaquillante!

Eyres, L, et. al. (2016) Nutrition Reviews, 74(4): 267-280
Boateng, L, et. al. (2016) Ghana Med J, 50(3): 189-196
Lawrence, G. D. (2013) Adv nutr, 4: 294-302

martes, 20 de junio de 2017

CHÍA: NO AYUDA A BAJAR DE PESO

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Todos los mitos de los alimentos milagrosos se construyen a partir de la desesperación de las personas, su falta de iniciativa por esforzarse en cambiar hábitos los hace víctimas de todas aquellas personas poco éticas que buscan lucrar con algo tan importante para el ser humano (especialmente para las mujeres): la imagen (dejemos la salud en segundo término, así es la realidad de las personas ajenas al área de la salud). Por esto el día de hoy hago una entrada muy breve (con dedicatoria especial a una exalumna), respecto a la semilla de Chía, ya que es considerada como un alimento mágico (como muchos otros) que va a hacer que las personas bajen de peso solamente por tomarla todo el día en su agua babosa de tiempo (la fibra de la semilla se hidrata y se pone babosita), sin cambiar estilo de vida (buena broma). Como todo alimento natural, tiene una concentración muy buena de ciertos nutrimentos, pero no por eso vamos a verla como la solución al sobrepeso o a la obesidad, mucho menos para la solución a una enfermedad crónica. 

La chía en su composición tiene de 25% a 40% de aceite, del cuál el 60% es de omega 3 (anti-inflamatorio) y 20% de omega 6 (pro-inflamatorio), ambos ácidos grasos esenciales que no produce el cuerpo, por lo que necesitamos obtenerlos mediante la alimentación. Pero dependiendo de donde provenga la semilla será su relación de omega 3: omega 6; por ejemplo, se ha observado que mientras la temperatura es más cálida, es menor el contenido de ácidos grasos esenciales (algo parecido que sucede en los pescados, mientras más fría sea el agua, mayor contenido de omega 3 aportará). Igualmente, dependiendo de su grado de maduración puede ir disminuyendo la relación que existe entre los omegas, aumentando las concentraciones del último.

Otra característica que resalta en ella es que tiene compuestos bioactivos, principalmente la quercetina y kaempferol, ambos con alta actividad antioxidante, el primero ayuda a disminuir la presión arterial actuando a nivel renal en la reabsorción de sodio, y el segundo ayuda a combatir los radicales libres, disminuir los marcadores inflamatorios y se propone como agente anticancerígeno (tema que puede tratarse en otra entrada).

Es libre de gluten y las cantidades de metales pesados están en rangos adecuados, por lo cual no existe riesgo de intoxicación. Igualmente es alta en proteína y principalmente tiene FIBRA INSOLUBLE (la cual tiene beneficios, especialmente a nivel intestinal por la microbiota) que ayuda al tránsito intestinal y a brindar sensación de saciedad.

Ahora analicemos un poco el por qué tanta fama de esta inocente semilla. La publicidad que ha tenido es para hacer que exista una disminución de peso (incluso los mismos profesionales de la nutrición o estudiantes la utilizan con este fin...), y es fantástico ver las botellas llenas de agua (atascadas de azúcar por cierto) con chía y comiendo... papas, o galletas, o hamburguesas, o taquitos, o maruchan.... ¿Realmente existirá una pérdida de peso con solo tomar semilla de fibra? Definitivamente puede ayudar en cuanto a las señales de saciedad, por supuesto, pero como toda fibra, se transforma en mazacote cuando se consume en exceso y ¡SORPRESA! estreñimiento o hasta una posible obstrucción intestinal. 

Aquí la evidencia de "la chía te baja de peso comadre" es solo un MITO: en un estudio de revisión realizado en 2012, se observó un aumento en la concentración plasmática de ácidos grasos alfalinoléicos (omega 3), PERO SIN RESULTADOS SIGNIFICATIVOS EN LA PÉRDIDA DE PESO. Sin embargo, en un estudio incluido en la que hicieron la suplementación de chía junto con un déficit calórico si obtuvieron resultados significativos de la disminución de peso. Más adelante, en otra revisión del año 2015, el único estudio en que se observó un cambio benéfico significativo en los marcadores de inflamación, proteína C reactiva, presión sistólica, índice de masa corporal, triglicéridos, composición corporal y circunferencia de cintura, fue porque los participantes tuvieron una alimentación controlada de acuerdo a las guías dietéticas con la medicación necesaria (ya que eran personas con Diabetes principalmente, pero también algunas presentaban hipertensión). La suplementación fue de 37g±4 g de chía molida al día adicionada en el pan.

Como podemos ver, los únicos dos estudios con resultados en el peso han sido gracias a la combinación de los cambios de alimentación y un extra con la semilla de chía. A mi parecer es importante recalcar que el omega 3 contenido en la semilla puede AYUDAR a ALCANZAR A COMPLETAR el requerimiento de éste ácido graso en la dieta al día (recomendación de 2 a 3 g por día de omega 3), pero no es la única fuente alimentaria de este insaturado. En cuanto a la fibra, podrá dar sensación de saciedad, pero no por llenar el estómago de agua y semillas infladas, la señalización de la saciedad se da porque previamente ha existido una masticación y, bueno, si el agua como llega a intestino se absorbe y se pasaron las mini pastillas de chía, seguramente en algún momento, si se consumen en exceso, puede haber una obstrucción intestinal. 

Para poder aprovechar los beneficios de la chía (especialmente el aporte de omega 3), es importante la manera en que se consume: de preferencia debe triturarse antes de comerse para que puedan tener acceso al aceite (se encuentra DENTRO de la semilla). 

Finalmente, la chía es un alimento más que forma parte de una alimentación correcta, mas no el único o el más importante. La fibra, así como el omega, pueden ser obtenidos de otras fuentes alimentarias. Y para bajar de peso, con pequeños cambios se logran grandes cosas: dejar los industrializados, el consumo de azúcar, los productos "light", el exceso de carbohidratos Y LA ACTIVIDAD FÍSICA, así como una educación de una alimentación correcta con un NUTRICIONISTA (no médico, ni psicólogo, ni entrenador) podrán hacer que se bajen esos kilos demás que tanto molestan.

Espero esta entrada haya sido de ayuda. 

De Souza Ferreria, C. et. al. (2015), Nutr Hosp; 32(5): 1909-19018
Mohd Ali, N, et. al. (2012) Journal of Biomedicine and Biotechnology, 2012, p.p. 1-9

domingo, 28 de mayo de 2017

La Miel, más que un dulce alimento!

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La miel de abeja ha sido usada desde la antigüedad para momificar y hasta para tratar enfermedades.
Está compuesta un 80% de hidratos de carbono, los principales son fructuosa y glucosa, los cuales son monosacáridos, siendo mejor fuente energética que el azúcar refinada (de mesa), también tiene un alto aporte de vitaminas del complejo B, antioxidantes, agentes microbianos y por los tipos de azúcares se ha observado un efecto probiótico (se ha hablado al respecto en la entrada anterior), entre los muchos otros que se dirán más adelante. 

Comenzando por el efecto antioxidante, se ha observado una alta concentración de antioxidantes y compuestos fenólicos (flavonoides) que, en dosis de 1.5 g/kg de miel, aumentan los valores sanguíneos de estas sustancias, sugiriendo de este modo que puede usarse como protección celular ante el estrés oxidativo al que estamos sujetos diariamente por factores internos (por ejemplo el estrés) o por factores externos (p.e. la contaminación). Este mecanismo también se ha sugerido como posible opción para la mejoría a la sensibilidad a la insulina, pero únicamente se ha observado en ratas. Como tip, mientras más obscura sea la miel, mayor cantidad de antioxidantes contiene, sin embargo es importante resaltar que no debe calentarse y tampoco exponerse al sol, ya que con la fotosensibilidad y las altas temperaturas, se van perdiendo los flavonoides. En el mismo tenor, su capacidad antibacterial disminuye cuando es expuesta a temperaturas cercanas a los 56° y a la luz del sol por más de 15 minutos. 

Otro posible mecanismo metabólico para el control de glucosa es por la combinación de glucosa y fructuosa que presenta la miel, pero no hay resultados concluyentes significativos. Lo que si se ha visto es que para el deporte y la actividad física es un buen suplemento que ayuda a proteger el músculo y aumenta el almacenamiento de glucógeno muscular. Una cucharada de miel aporta 17 g de hidratos de carbono. Durante el ejercicio, la miel tiene mejores efectos que la glucosa en cuanto al tiempo de desempeño. La fructosa es liberada lentamente al torrente sanguíneo por lo que hay mayor aporte de energía en mayor tiempo, mientras la glucosa se utiliza para almacenarse en forma de glucógeno. Este es un dato importante, ya que cuando el objetivo del tratamiento nutricional es el control de peso, cuando el paciente realiza en ejercicio en AYUNAS y no protege el músculo, habrá perdida de masa libre de grasa y no de grasa per se. 

Entrando al tema de control de peso y tomando en cuenta la información anterior, no quiero decir que la miel sea uno de esos alimentos milagrosos para bajar de peso, sino que es un coadyuvante de TODO el tratamiento nutricional y de cambio de hábitos y estilo de vida. Los efectos que tiene la miel (en ratas) son a nivel metabólico, por lo que ayuda a disminuir los marcadores de síndrome metabólico: glucosa, insulina, triglicéridos, colesterol total, LDL (colesterol malo), proteína C reactiva, homocisteína, y eleva el HDL (colesterol bueno), así como la disminución de la tasa de ganancia de peso en corto plazo. Por esto podría tomarse como un alimento cardioprotector, pero aún no hay conclusiones en humanos.

Aunado a todo esto, quiero resaltar que, cuando se habla de cambio de alimentación, se entiende que hay igualmente un cambio en la microbiota intestinal (tema que está en la entrada anterior). Un resumen rápido: existen bacetrias en el intestino grueso y en el delgado y, dependiendo si son las que producen ácidos grasos de cadena corta (fermentan monosacáridos) o son patógenas, existirán efectos metabólicos a nivel sistémico. En este punto, la miel es un alimento que también podría tener efecto prebiótico, es decir, daría alimento para fermentar a las bacterias "buenas" y, si no se tiene una adecuada población, contribuye a que aumenten y vayan desplazando a las patógenas o "malas"; el punto disonante es que únicamente se han observado estos efectos en la microbiota de las ratas y en la leche adicionada con miel. Igualmente se ha sugerido que  nivela la glucosa por los productos de la fermentación que se realiza en el colon.

Es interesante contrastar que, aunque puede ayudar al crecimiento de bacterias benéficas, es un potente antimicrobiano. Estas propiedades son gracias al pH ácido, su elevada osmolaridad, el contenido de peróxido de hidrógeno y otros componentes fitoquímicos. En América Latina se tiene el dato de las abejas Tetragonisca angustula, las cuales son numerosas en México y su miel tiene actividad antimicrobiana importante (contra S. aureus, Pseudomona aeruginosa, Candida albicans y Saccharomyces cerevisiae, Staphylococcus aureus, Enterococcus faecali, E. coli), microorganismos que pueden causar infecciones gastrointestinalesSe han realizado estudios en otras partes del mundo de los que se ha observado una mejoría de síntomas gástricos e intestinales, como la disminución de diarrea por bacterias, gastritis, úlcera duodenales (disminuyendo la sangre de las heces) e indigestión. Se están realizando investigaciones para la erradicación de la Helicobater pylori (la causante de la gastritis crónica y úlceras duodenales), porque hasta el momento hay dos mecanismos propuestos: por su poder antioxidate y por la estimulación de los nervios gástricos proioceptivos que disminuyen el índice de úlceras. También mejora la digestión y disminuye la velocidad del tránsito intestinal. En los niños se ha visto una mejoría de las lesiones virales causadas por el herpes o la rubéola. Se ha comparado contra antibióticos de amplio espectro y los resultados han sido favorables para la miel, ya que los mciroorganismos no son resistentes a ella.

Otro efecto indirecto que se obtiene (y si se ha observado en humanos en ensayos clínicos realizados), es la modulación de la inflamación por la producción de ácidos grasos de cadena corta en el colon, así como un aumento en la absorción de calcio, por lo que puede ser un buen alimento para las etapas de crecimiento y en los adultos mayores. También sirve para evitar la formación de caries porque aporta calcio, yodo y fósforo, pero no por esto se va a dejar la higiene dental de lado.

Un estudio con miel de Malasia reportó mejorar la hipoperfusión cerebral (situación que es un factor de riesgo para desarrollar Alzheimer), así como la regeneración neuronal y mejoría de la memoria y procesos cognitivos. Se necesitan más estudios al respecto.

En niños también se han observado beneficios, especialmente en cuanto al crecimiento y desarrollo, disminución de síntomas gastrointestinales y producción de hemoglobina (células rojas de la sangre que transportan el oxígeno a todos los tejidos del organismo), sin embargo se debe evitar el consumo antes del año de edad, ya que el sistema gastrointestinal no ha madurado y puede haber una infección de C. botulinum (botulismo).

Todos estos datos han sido obtenidos de tres estudios de revisión que se encuentran al final como referencias. Como podrán darse cuenta, aún no se tiene a evidencia científica necesaria para poder dar recomendaciones específicas, pero en uno de estos documentos se dice que para obtener estos efectos se ha considerado una dosis en adultos de 70 a 95 gramos al día. No hay que tomar esta recomendación a la ligera, ya que el consumo de carbohidratos al día lo debe calcular un nutricionista como parte del plan dietoterapéutico a seguir y no perder de vista la proporción de carbohidratos complejos:simples que se debe aportar en la alimentación. Aún faltan muchos estudios para aclarar muchas dudas que pueden surgir de estos resultados globales, sin embargo con los que se tienen me parece suficiente fundamento para justificar ciertas recomendaciones para el uso de la miel de abeja que tenemos desde tiempos de las bisabuelas. El caso de la miel es el claro ejemplo de que el alimento puede ser una medicina efectiva a dosis óptimas, por lo que en mi muy particular punto de vista, es un súper alimento funcional. Hasta el momento es la evidencia disponible, espero haya aclarado dudas y mitos que si tienen un sustento científico.

Hasta la próxima!

P. D. los invito a conocer las maneras en que podemos estar en contacto, así como conocer al equipo de Nutrición Clínica y Energética:
Página web: http://nutclinener.wixsite.com/nutclinener
Facebook: https://www.facebook.com/CDNCA/
Doctoralia LN Mónica: http://www.doctoralia.com.mx/medico/lopez+talavera+monica-14892755
Doctoralia LN Alicia: http://www.doctoralia.com.mx/medico/flores+lovera+alicia-14919958
Doctoralia Master Reiki Emma: http://www.doctoralia.com.mx/medico/talavera+rivero+emma-14901906


Referencias:
Ulrich-Landry, BK, et. al. (2016), RJPBCS; 7(5); 2428-2438
Visweswara Rao, P, et. al. (2016), Revista Brasileira de Farmacognosia; 26(5); 657-664
Saha, S (2015); South Indian Journal of Biological Sciences; 1(2); 103-114
Ajibola, A, et. al. (2012) Nutrition and Metabolism; 9:61

miércoles, 1 de marzo de 2017

El almacenamiento de grasa depende del INTESTINO

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Fuente: 9gag, the awkward yeti http://theawkwardyeti.com/


Pues les platico que este es el segundo intento que hago para publicar esta entrada, en la anterior perdí el Internet y con el TODO lo que estaba a un click de publicar. Espero me quede mejor.

Comenzaba algo así:

Generalmente cuando se quiere iniciar un tratamiento de control de peso, únicamente se enfocan en los kilos sin tomar en cuenta como están conformados: hablamos de composición corporal. Y aunque en ésta se incluye también lo que es la masa ósea, los compartimientos que tienen una modificación durante el control de peso son el agua, el porcentaje de grasa, la grasa visceral y la masa muscular, con ellos se trabaja y es en donde se ven las modificaciones con o sin cambios en el peso. Sin embargo, el tratamiento no debe dirigirse únicamente a modificar los compartimientos corporales, porque ellos se modifican dependiendo como esté funcionando el intestino y que le demos de comer a todas esas células, porque gracias a ellas se determina si se crea y almacena más grasa o no.

Las bacterias que tenemos en el intestino son millones! Y las que se han aislado en mayor cantidad son los Bacteroides y los Firmicutes. Entre ellas debe existir un equilibrio, no sabemos aún que tan preciso, pero debe haberlo, ya que son las que determinan que efectos metabólicos se van a tener en el nivel celular. Varios son los estudios en los que se ha observado que, aunque no determinan el peso de las personas, si son responsables en mayor medida en la manera en que van a distribuirse los compartimientos de grasa (principalmente) y de músculo. En las personas con sobrepeso y obesidad, las bacterias que predominan son Firmicutes y hay una disminución en la presencia de Bacteroides. Se han realizado asociaciones y esto es debido al tipo de dieta, especialmente la occidentalizada, en la que hay un consumo muy elevado de calorías (más de 3000 calorías al día), grasas saturadas y trans así como de azúcares refinados y casi nada de consumo de fibra (verduras, frutas, leguminosas y cereales integrales), hasta aquí todo esto ya es sabido pero, qué pasa con el exceso de Firmicutes? Los efectos metabólicos que se han observado han sido de gran importancia y aclaran la comprensión del aumento de creación y almacenamiento de grasa. Durante el proceso digestivo hay secreción de hormonas y hay una que se le conoce como GLP-1 que tiene un efecto directo en la captación de glucosa en la célula del tejido adiposo (grasa). GLP-1 es estimulada por la fermentación de la fibra en el intestino grueso por los Bacteroides (principalmente), proceso del que se obtienen ácidos grasos de cadena corta que le dan de comer a las células colónicas y sirven como transmisores de señales para prender y apagar ezimas (proteínas) que intervienen en la activación o desactivación de rutas metabólicas. En el adipocito esta señalización hace que se apague el mecanismo de creación y almacenamiento de grasa y mejora la respuesta a la insulina, así como la disminución de la inflamación metabólica; y otra cosa muy importante: ayuda a mantener la masa muscular. 

Entonces ahora podemos decir que dependiendo de la dieta van a ser las bacterias que tenga en mi intestino, ellas dependen de mi y mis decisiones. Pero vamos por el lado de las dietas para bajar de peso muy rápido, lo que las caracteriza es un consumo mínimo de calorías, elevado de proteína, de energía, de grasas y una restricción severa de hidratos de carbono (carbohidratos), la indicación general es "come toda la carne y grasa que quieras PERO no comas carbohidratos". Estas dietas, efectivamente, ayudan a perder peso muy rápido, porque lo que se elimina es el músculo (recordemos que es un compartimiento corporal) y la grasa corporal se mantiene o aumenta. Al realizar este tipo de régimen orillamos a nuestro organismo a que tenga ciertos patrones de adaptación para su supervivencia y lo que hace es lo siguiente: "me restringes la energía entonces disminuyo la capacidad que tengo para "quemar energía" porque me la estas dando en mínima cantidad, pero como me dejas pasar hambre voy a aumentar la sensación cuando dejes el tratamiento para recuperar todo lo que me quitaste" y así es la venganza de las células ante el régimen descontrolado, lo que es mejor conocido como "rebote" porque junto con esta dieta hay un medio que favorece la multiplicación de Firmicutes y, pues bueno, no hay fermentación ni productos que eviten que las células produzcan y almacenen grasas. 

Ahora, algunas recomendaciones para mantener a nuestros Bacteroidetes trabajando adecuadamente son las siguientes: aumenta el consumo de fibra en frutas, verduras, leguminosas y cereales integrales; evita los cereales refinados, elimina el azúcar de tu dieta y realiza ejercicio por lo menos tres veces a la semana, de lo contrario, aunque tengas la mejor dieta, tendrás pérdida de músculo. Si quieres más orientación al respecto te sugiero que busques la Guía de El Plato de Bien Comer o entres a esta liga donde lo explico (http://nutricionclinicayfuncional.blogspot.mx/2014/12/utiliza-el-plato-del-bien-comer-para.html). Estos pequeños cambios podrán tener grandes resultados. 

De todo esto pueden salir muchísimos temas para desarrollar, pero la idea que debe quedar muy clara es que nuestra composición corporal también es determinada por la microbiota intestinal (si, todas las bacterias que viven en nosotros) y depende de las elecciones que tengamos de alimentación. Cada persona es diferente, así como su entorno y en base a eso hacemos el cálculo para hacer el tratamiento personalizado en el que inclusive se tenga que manejar suplementación. 

Cuida tu intestino, tu salud depende de el!

Aliment Pharmacol Ther 2015; 42: 158–179
Crit Rev Food Sci Nutr. 2014 ; 54(9): 1158–1166
Clin Microbiol Infect 2013; 19: 305–313
Delzenne et al. Microbial Cell Factories 2011, 10(Suppl 1):S10

viernes, 27 de enero de 2017

Nutrición durante el periodo de hospitalización

Hola a todos!
El día de hoy me siento con la gran necesidad de dar a conocer la importancia del Licenciado en Nutrición en el ámbito hospitalario, ya que hay muchas lagunas de información al respecto. 
Comenzando con el panorama, el paciente hospitalizado es alguien que se encuentra en alto riesgo de complicaciones y, hablando específicamente de nutrición, de que desarrolle o agrave la desnutrición en menos de 4 días. Si las causas se ven aisladas pueden resultar muchas pero la principal es la mala praxis que se lleva en todos los nosocomios, esto incluye que no se pese y se mida al paciente adecuadamente a su ingreso, que se deje en ayuno (hasta 5 días o más) por espera de tiempo quirúrgico o por realización de estudios, por la pobre oferta de las dietas que se hacen en cocina (son deficientes en calorías y todos los nutrimentos, pero principalmente en proteína) o porque el personal que labora ahí (aunque sean nutriólogos) no tienen idea clara de como hacer el abordaje clínico nutricional para dar tratamiento al paciente. 
Toda persona que sea ingresada a hospitalización debe ser tamizada (no más de 5 minutos) para detectar el posible riesgo, o si ya está en desnutrición, evitar que se siga desarrollando junto con los desenlaces catastróficos para el paciente, su familia y la institución en donde está internado.
Dentro de las complicaciones que se derivan de este padecimiento que NO ES DIAGNOSTICADO se encuentran las infecciosas por disminución de función de sistema inmunológico, las relacionadas con la recuperación de heridas quirúrgicas como retraso en la cicatrización, aumento de días de estancia hospitalaria por el control de las complicaciones desarrolladas y aumento en el riesgo de muerte, entre otras. Generalmente se piensa que el paciente come con el "suerito" que le están pasando (FALSO) o porque comió menos de la mitad de la charola que le sirvieron en el comedor, o no se detecta que tiene deficiencia de alguna vitamina u oligoelemento que hace que todas las funciones estén disminuidas pero pasa desapercibido porque está comiendo todo.
Es importante recordar que todo el que tiene una enfermedad presenta inestabilidad metabólica, es decir, su requerimiento de energía, proteína, vitaminas, etcétera, se encuentran aumentados, por lo que decir que está "comiendo normal" o "como siempre" no va a ayudar en absoluto. Por otro lado no se debe intentar compensar esta situación sobrealimentando porque también se tienen complicaciones metabólicas que pueden ser mortales. 
Otro punto muy importante es que, mientras más complicaciones existan, mayor será el gasto, siempre más gravoso para la familia que para la institución, pero al final son recursos que pueden destinarse a situaciones más provechosas. Se han hecho estudios en donde los resultados han arrojado una tendencia de costo efectividad y beneficio cuando se da un buen tratamiento nutricional. Se podría ver como un gasto extra, sin embargo no hay comparación entre una fórmula que puede costar desde $38.00 a un medicamento que la caja para dos semanas cueste $900.00 y se necesitará por un periodo prolongado. Definitivamente esto la no hay comparación de un buen apoyo nutricional con un día de terapia intensiva.
Además, se debe ver al paciente como una PERSONA, de ese modo también se comprendería la importancia que tiene la alimentación para su estado de ánimo. Al dejar en ayuno o dar dietas solo porque el paciente tiene que comer pero cosas que no salgan caras al comedor se está fracturando el ámbito sociocultural de quien se trate. Existe una estrecha relación entre el estado de ánimo y la alimentación, por lo que se debe ofrecer comida apetecible (que tenga permitida claro está) y que sea suficiente, sin embargo la suplementación es fundamental para alcanzar a cubrir al 100% todo lo que necesita en base a la valoración del estado nutricional, el funcionamiento metabólico y la enfermedad de base.
Como se puede ver no es algo sencillo que cualquier persona pueda realizar, dentro del mismo gremio muchos colegas han preferido inclinarse a otras áreas a la práctica profesional, por lo que nutriólogo no es sinónimo de que podemos abordar todo lo relacionado con la nutrición (siempre y cuando se trate de colegas que actúan de forma ética). Es importante que sean nutriólogos que son dedicados a la práctica clínica y tengan experiencia, formación y actualización en el ámbito clínico de hospitalización. De este modo habrá mayor calidad en la atención dentro de la institución y tendremos pacientes que se recuperan más rápida y su alta es en menor tiempo.
Podría pasarme más líneas hablando de lo mismo pero no quiero hacer una entrada tediosa. Espero haya sido de su agrado y tengan más conocimiento para el bien de las personas. Difundan y si es necesario acudan con el especialista porque con la salud y la alimentación no se juega.
Hasta la próxima entrada!

jueves, 26 de enero de 2017


La actividad física y la dieta son los factores que determinan el crecimiento de la masa muscular.
El consumo de proteínas con hidratos de carbono antes o durante los ejercicios de resistencia de larga duración han mostrado una mejor síntesis muscular en el periodo de recuperación.
La ingesta de 20 a 25 g de proteína después del ejercicio aumenta la síntesis muscular y ayuda a la adaptación muscular para los entrenamientos prolongados, mientras que el consumo antes y durante el ejercicio aumenta la síntesis muscular durante la rutina. Si se ingiere más de esta dosis, aumenta la producción de urea y hay carga renal elevada.
La composición corporal cambia de acuerdo al balance energético, es decir cuanto se consume y cuanto se gasta de energía. Aunque pueda parecer simple hay diversos factores que determinan esto, desde genéticos hasta fisiológicos.
Hasta ahora se han detectado genes que son responsables de realizar o no actividad física, y otros más que se pueden activar o desactivar con el ejercicio y cambiar la composición corporal.
La serotonina es un neurotransmisor que está asociado con la actividad física y el comportamiento alimentario, igualmente es el blanco de algunos tratamientos para la obesidad y algunos desórdenes psicológicos relacionados con la misma (como depresión y ansiedad):
La dopamina influye en el comportamiento alimentario y los niveles de actividad física, por lo que si se tiene una señalización y niveles adecuados de ésta hay mayor longevidad por ser personas activas.
Se puede hablar de adherencia al tratamiento (dietético y/o de actividad física) cuando se cumple del 60-80% de lo prescrito, sin embargo es dejado a los 6 mese o antes después de haberse iniciado.
Uno de los factores más importantes que determinan comenzar a hacer ejercicio y mantener la actividad, es la percepcón propia de las capacidades físicas y el alcanzar los objetivos.
La recomendación para prevenir el aumento de peso es realizar ejercicio de intensidad moderada a vigorosa en 225-300 minutos por semana, especialmente si hay riesgo de sobrepeso u obesidad en base al IMC.
La utilización de podómetros puede ser benéfica para la pérdida de peso aunque sea muy modesta (de 1 a 2 kg), se recomienda hacer 10,000 pasos al día o aumentar de 2000 a 4000 pasos por día, ambos en personas sedentarias sin restricción calórica.
El ejercicio aeróbico ha demostrado tener pérdidas de peso muy leves (0.5 kg aproximadamente) cuando no se tiene restricción calórica, pero es importante para obtener beneficios metabólicos y en la salud.
Una vez que se alcanzó la meta deseada, es necesario realizar 200 minutos a la semana de actividad física, para evitar el rebote.
Para poder aumentar la masa muscular, es necesario tener un equilibrio positivo entre la destrucción y formación de este tejido. Después de realizar ejercicio de resistencia la síntesis muscular se mantiene durante 48 horas, junto con un incremento de insulina (hormona anabólica, crea tejido), por lo que si se toma proteína después del ejercicio disminuye la pérdida muscular y se puede mantener o aumentar su síntesis.
Para que un suplemento proteínico pueda ser efectivo, debe ser de alto valor biológico, con alta biodisponibilidad y una concentración elevada del aminoácido leucina. La que cumple estas características es la de suero de leche, seguida del caseinato (aunque es de lenta digestión) y por último la de soya (cuidado porque aumenta también masa grasa). Sin embargo se debe tener un monitoreo estricto para evitar descompensaciones metabólicas a largo plazo, por lo que siempre se debe acudir con el especialista.

Sports Med (2014) 44 (Suppl 1):S71–S77 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24791918

Sports Med (2014) 44 (Suppl 1):S105–S111 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24791922
obesity reviews (2014) 15, 29–39 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24034448
 2014 Jan-Feb;56(4):441-7 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24438736